Acuacultura en Quixayá

Entre las actividades de IMAP se encuentra la facilitación de experiencias de intercambio entre las comunidades con las que colabora.

La última de estas experiencias de intercambio reunió a miembros de Pachitulul, Cerro de Oro y Nueva Providencia, que visitaron Quixayá, el corazón del agua. Allí los productores locales están trabajando en un área apasionante e interesante de cara a la soberanía alimentaria de los pueblos: la acuacultura.

La actividad principal en la cuenca del río que pasa por la comunidad de Quixayá es el cultivo de berros. Sin embargo, en la gira propuesta por IMAP pudimos admirar las áreas de cultivo de peces que algunos productores han creado. Aprovechando la energía del agua han construido piscinas en las que conviven varias especies animales, como ranas, peces y caracoles, y plantas como el tul o la ninfa, que aportan oxígeno a la vez que sirven de cobijo a los animales acuáticos. Este sistema diversificado atrae a otras aves y animales que favorecen la continuidad de todos los elementos del ecosistema. Además, una vez jardinizadas, las piscinas son de una belleza sin igual.

También descubrimos que la malanga es una planta de fácil cultivo y excelente rendimiento. Además, resulta ser una fantástica fuente de carbohidratos. Existen varias clases, y algunas de ellas pueden molerse con facilidad para ser utilizadas en la elaboración de nuevos alimentos. La malanga posee propiedades muy similares a las del sagrado maíz. Muchos de los asistentes pudieron llevarse sus semillas de malanga, regalo de los productores.

En las partes superiores de la cuenca, donde el clima es más seco, los productores cultivan flores, frutas y hortalizas; en sus bosques comestibles obtienen también una gran variedad de nueces, además de espacios de recreo para sus familias.

Al final de la gira, tras el almuerzo, realizamos un intercambio de opiniones y conocimientos entre las comunidades reunidas; todos los asistentes pudimos dialogar, compartir experiencias y darnos ánimo mutuo.

Y como en cada ocasión, todos reafirmamos nuestro compromiso con la Madre Tierra y con las generaciones futuras. ¡Matiox wachalal!

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